rebenque

Friday, June 22, 2007

 

s

Saco

un poema escrito a tasajeadas
cuenta en la cama de las putas
las veces que menté
tu nombre apenas descorchado ante sus nalgas
de lindas niñas de unas horas

de ellas es el gusto
no tuyo
ni de mi coche negro escamoteado entre ramales
ni de la cocina abierta al comienzo del día
que es las doce
ni de las sábanas empinadas al borde de la cama

no
ningún poema con rima ni metro
ni alejandrinos ni madres
en tantas gordas suena tan garboso como menearte
la concha y lamerla hasta los mecos

Machina

Dios era un dandy repartiendo dulces en la calle
nombrando rosas con el extremo del bastón


DB

veo televisión a las tres de la mañana
un día tendré un canal
donde nadie hable
ni actúe
ni musicalice los horrores

fuegos artificiales encajados

será un pretexto más para no salir
y tener la consciencia tranquila
porque las arañas de marte cantarán por mi ventana
para pedir amnistía
en el invierno nuclear

Aquelarre

Mentiras que reclaman los poetas:
"yo parí esa bestia"
gritan
ufanados de haber perdido la fineza


Ambar por las piernas

me miras por encima del hombro
mientras nos perdemos la vergüenza
con la luna enmarcada por el hálito del corazón desnudo
-------------------------------------------------metido a golpes en la caja negra
-------------------------------------------------con el norte mirando al sur de mis cojones
salivas por las lindes de mi sexo
sin colgarle adornos al cariño

ríes de nervios
por tus hijos en el limbo revocado por la iglesia
a ellos inventas más estadios intermedios donde chapotear
entre el cielo de los dioses desmembrados
-------------------------------------que infatuan el coraje de hembras recias
y el infraestruendo que es la calma estelar

empujas más tu culo hacia atrás
"regodearse en crapulencia"
----------------------------dices goteando ambar entre las piernas
buscando el hambre en la noche voraz

El tiempo que pasamos pensando títulos

Un pasaje cursi. Un poco de sexo. Dos mariachis cantando exitos noventeros. El autor escribiendo un telegrama para sí mismo. Un personaje de autoayuda por televisión. La casa sin cortinas. La señal del celular atravesando las bocinas de la computadora.

La tranquilidad de no tener nada que perder.

Nudo corazón

La ingeniería que raja a mano alzada los amarres de prevención
tiene en tus manos la marca de una canción popular.

VIVISECT
Una mujer de buenas curvas, piel firme. El autor comenzaba a besarla, le sacó el pantalón sin soltar su lengua con los dientes. Ella respiraba en espasmos, abría más los ojos y los gruñidos se le engrosaban. Levantó los brazos de aquella y la puso contra una superficie fría por la que corría una capa de aire caliente, un velo que no se debía traspasar, por comodidad. Desnuda, él observó los músculos rojísimos en los costados, rebanados con saña para esculpirla. Las arterias flameaban por su torso. Dijo "cógeme por favor". Él la puso en cuatro y abrió la raja de sus glúteos. La hendidura se extendía desde la espalda baja hasta el frente en un amasijo de tumores rojos, negros y morados. Babeaba la entrada aquella como un animal sin clasificación. Él tomó su pene y comenzó a buscarle las entrañas con la carne, pero no entraba por más que recorría la raja viva. Ella pedía amor, pero él no podía entrar.

Arcadia

Matar a Dios fue fácil
en el (o)caso remoto de su existencia
llegamos huérfanos sin saber nada
nada esperamos
ni nos espera

Ahora es igual tentar al diablo
que jugar un videojuego
esperar la escena en que el infierno suelta prenda

game over

porque sabes también de principio
que nadie gana
y que tienes la oportunidad de otra moneda

Rosa

La noche dice nada nuevo de tu culo y tetas
de genes buenos y bien airadas carnes
que de tantas veces ensartada en glande
la noche hasta la bemba de tu pepa rosa

Tu pepa rosa y abundante como negra
pasma plantas ladrillos adoquines
de la casa aferrada como el árbol tiene
las raíces penetrantes en la tierra

Húmeda y nutriente, negra
de granulos llena
Escócenos y quema, tierna
en el tiempo de raigambre lenta

Ya no voy a decir "te quiero"

inventaré
un término medio
de sangre caliente
en la parrilla negra
de tu pubis

sancho

deberíamos fingir que la mañana empieza ahora
despertar con los calzones abajo
sentirnos cerca mientras creemos dormitar
con el sexo empalmado
y los sueños diurnos de las tres de la tarde

deberíamos contarnos las infidelidades
decir cuánto nos extrañamos en las piernas de otros
el sabor amargo que reafirma nuestro anhelo
frágil
necesitado de una noche afilada como los labios de tu vulva


Puzzle

nos rompieron la cabeza


----------------------------------------y reordenarla

nos tomará

-------------------------------el pelo


neófito

no sé de poesías
me cagan

apenas comienzan
y acaban

Humwawa
El autor salió de viaje. Sus cuadernos permanecen abiertos sobre la mesa. La polla se le ha escaldado por tanta mordida y se siente feliz de tener la seguridad que provoca poder tocar la hendidura de un culo tenso. La vida es ahora y ahora no sabemos nada del autor. Dibujamos un círculo rojo sobre la alfombra azul y esperamos que ella guarde nuestro sueño para saber si el futuro es benéfico o susceptible de tomar la forma de la piedra enorme detrás de Indiana Jones.

Sunday, December 24, 2006

 

Humwawa

El autor salió de viaje. Sus cuadernos permanecen abiertos sobre la mesa. La polla se le ha escaldado por tanta mordida y se siente feliz de tener la seguridad que provoca poder tocar la hendidura de un culo tenso. La vida es ahora, y ahora no sabemos nada del autor. Dibujamos un círculo rojo sobre la alfombra azul y esperamos que ella guarde nuestro sueño para saber si el futuro es benéfico o susceptible de tomar la forma de la piedra enorme detrás de Indiana Jones.

PROCTORUL

Saturday, December 16, 2006

 

jhgfdsa (y el tiempo que pasamos pensando títulos)

Un pasaje cursi. Un poco de sexo. Dos mariachis cantando exitos noventeros. El autor escribiendo un telegrama para sí mismo. Un personaje de autoayuda por televisión. La casa sin cortinas. La señal del celular atravesando las bocinas de la computadora.

La tranquilidad de no tener nada que perder.

Thursday, December 14, 2006

 

Una noche solo

El autor quería escribir poesía, pero la noche no le bastaba para intentar blablazadas. Tomaba un tubo de pasta dental y embadurnaba su polla para sentir el efecto refrescante durante horas. Después de mucho arder su verga, escribía un verso que hablaba de una nave espacial inoculando un virus en la tierra. Los bosques pasmados, negrísimos, a mitad de la vida, acompañan el crecimiento sospechoso de un acero extraterrestre. Con el paso de los días, el brillo sospechoso a ras de tierra atraerá a la gente que morirá contra las astillas brillantes, como corderos en las lindes.

El autor se desnuda y encuentra un borde de la pared. Frota su ano contra la esquina fría para sentirse mujer.

Thursday, December 07, 2006

 

primera parte de una apostilla de varias partes (sabremos cuántas serán cuando toda la calma llegue a tiempo, fedex se retrasa).

En la primera pantalla, una mujer debora a un hombre con playera de franela. Muestra su turgencia como una niña orgullosa de haber hecho llorar a su primo que buscaba el misterio entre su falda. La banda, con las caras deformadas en vampiros fronterizos (Robert Rodriguez debe conocer a Polo Polo, o la reinteración por dos lados de la frontera debe ser una garantía de la leyenda), rasgan las entrañas de un hombre que debió haber metido mano a una chamacona que ahora lame la entrepierna de un cadáver que hace de banquete para seis. La música se desenfrena como un rockabilly lisérgico, indigesto, tirado del lado de "me vale verga el error, ábranse de patas". El vampiro fronterizo berrea como un metalero con ganas de coger.

Ring. ¿Fedex? Sí. Ese paquete ya tardó mucho, ¿no? Es que tenemos problemas, pero si desea podemos rastrearle el envío. A la verga: vamos a seguir con chingaderas.

(Pie de foto: un hombre de cuarenta años pide a su concubina muy amablemente la teta izquierda mientras él sostiene la vaselina con la derecha.) (No es chiste político.)

Friday, December 01, 2006

 

Stand by

El autor sale de escena. El relato se suspende un momento y comienza la hora de los entremeses musicales. Por un lado tenemos a la banda que usaba cuerpos mutilados como instrumentos de cuerda en una película de horror que con el tiempo será de culto (sea lo que eso signifique). Por el otro, la banda musical sin vocalista que en un triángulo diminuto en la esquina de un sótano iluminado con luces rosas y rojas toca para amenizar una fornicación en vivo entre una putita curtida y una novata emborrachada. Las dos bandas se presentan en televisores distintos. Para cambiar el audio puede usted usar la mezcladora a un costado de su ordenador. Ambos números fueron grabados en tiempos distintos por directores impares. La música es distinta. Una habla del frenesí de la sangre y la otra del frenesí con sordera. Puede escuchar, si le acomoda mejor, el sonido de uno con el video del otro. Imagine, y eso es una orden: le ordenamos imaginar un momento precioso de su vida en bares de mala muerte similares a los de las bandas a sazón. Las palabras crípticas de un gordo leñador que hubiera leído a un escritor oscuro alejado de pensar en las palabras.

En esta parte de la narración sucedió algo que deberíamos cubrir con un pretexto de dos o tres párrafos, la escritura super adjetivada que recrea la consecusión de una idea abstracta tras otra, de esos textos que puede uno leer sin poner atención y recordar el último dolor del día... (póngalo aquí)... ese mismo.

Instantáneas del autor: Trabajo... dinero... desgaste emocional... la calle... el trabajo... los tiempos muertos... el aburrimiento... el hobby... (blink!)... EL H-O-B-B-Y.

Se abre una puerta. "No existía el tiempo", dice el autor a la mitad de su departamento con los dobleces de un hombre liberado a su suerte, "todas nuestras acciones impulsan el mundo". No sabemos qué desea decir porque, crealo o no, se ha ocultado en la parte más criptica de su persona. Si quisiéramos poner un pie en su lado ciego, como quien atraviesa un pentagrama después del rito para ver si el diablo anda suelto por la habitación, veríamos (vaya paradoja) una serie de diagramas cuya nomenclatura nos está vetada. Pensemos que en los días de trabajo del autor, que ha escrito un cuento largo sobre un viaje al desierto y a las cicatrices de su última pareja, ha cerrado el manuscrito con una línea horizontal, ha vendido su máquina, ha sido abandonado y ha encontrado a otra pareja (que parece comienza a tener miedo de pertenecer, con toda la ley de la expresión, a un hombre sin una cafetera eléctrica), en esos días de trabajo, decíamos, ha obtenido un poco de regularidad, relaciones personales hipoalergénicas (benditos sean los "buenos días" y "buenas tardes") y un hobby que nada tiene que ver con su computadora personal ni el apéndice (así le dice) que cuelga de entre sus piernas y reacciona bajo circunstancias de temperatura y presión extrañas.

No pudimos saber nada del asunto en este día. Vuelva a marcar más tarde. Quédese con dos bandas en monitores separados para amenizar algo que usted jamás hará.

Y aparte le dejamos una foto. Disfrute.

Thursday, November 30, 2006

 

Ni tú ni yo.

Salió del bar con la firme decisión de poner en tela de jucio si debía o no debía llamar a alguien por teléfono. Posiblemente sus amigos tendría algo qué hacer para ganar unos dineros. Vio pasar a una muchacha con un muñeco en los brazos. Le hablaba. Vio sus convers mugrosos y comenzó a seguirla. La muchacha hablaba con su muñeco sin pronunciar una sola palabra. Juntos, ella y el muñeco, hablaban mal de la gente y señalaban para juzgarlos a todos por una razón profundísima que debía estar haciendo nido entre sus convicciones futuras de mujer devora hombres. El autor la alcanzó en el semáforo com hombrecito andando en color verde. La miró. Ella suspendió el circunloquio con lo que resultó ser una muñeca viejísima con los ojos blancos de la fricción añeja contra las sábanas. La muchacha debía sentir la mirada del autor, por sobre su hombro, por sobre el aire escandaloso del centro. De pronto, la muchacha cerró los ojos y se entregó a la calle como una loca. Los coches mentaban madres, uno de ellos quedó a centímetros de la mujer. Las miradas se concentraron por un momento en la chica, el autor pensó en el morbo gratificante de sentir de nuevo la vida en situaciones completamente gratuitas y fútiles; se acercó a la muchacha para sacarla del arroyo ante un conato de bronca. Tomó su brazo para alejarla del altercado y saber qué demonios pensaba cuando bajó de la banqueta de esa manera, qué hacía, si necesitaba ayuda; pero cuando la chica tocó la banqueta de nuevo abrió los ojos y continuó hablando con su muñeca para agradecer al autor su gesto de preocupación. El autor preguntó por su nombre, pero la pareja extraña seguía en un diálogo trascendental que bien podía haber significado la señal de sus días, el anuncio de que regresara inmediatamente a su cuarto para abandonarlo todo (como si para no regresar fuera necesario un titubeo que llevara el logotipo de las decisiones tajantes). Pero todo el misticismo y azar de la vida se habían ido en la máquina que había vendido, así que dejó las interpretaciones y miró a la pareja telepática mientras se perdián con más personas en la calle.

Pensó en su diario y en las colillas de cigarro que dejaba por todos lados cuando fumaba. En el lado contrario de la acera miró la entrada de una iglesia cerrada ya varios años atrás. Regresó a mirar su lado de la banqueta y leyó "se solicita hombre para trabajo de oficina". Sería mejor comenzar a trabajar de una buena vez. Se tocó los huevos para saber si todo estaba en orden. Imaginó el diálogo. Imaginó a la gente. Imaginó tener el poder del niño de la Dimensión Desconocida que logra, por un momento desaparecer al mundo.

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